Columna de opinión escrita por el sacerdote Luis Felipe Restrepo, Rector de la Universidad Javeriana Cali y miembro del Consejo Directivo de la UAV, para el periódico El País. (Ver artículo original)
En la reciente encuesta de percepción ciudadana publicada por el programa Cali Cómo Vamos, llama la atención los alarmantes resultados expuestos en el acápite dedicado a la Corresponsabilidad. Los datos y sus conclusiones son desalentadoras y nos hacen un llamado de atención urgente como ciudad.
Dentro de los resultados de la encuesta encontramos que “al preguntar por la frecuencia con que los habitantes de Cali respetan a las poblaciones vulnerables, 53 de cada 100 encuestados en noviembre de 2021 dijo que nunca lo hacen, mientras 15 de cada 100 dijo que siempre; respecto a la frecuencia con que los habitantes de Cali cumplen las normas de convivencia, 68 de cada 100 encuestados dijo que nunca, mientras aproximadamente 9 de cada 100 expresó que siempre y; en lo referente a la participación ciudadana, 21 de cada 100 encuestados en noviembre de 2021 afirmó haber participado en espacios de participación ciudadana promovidos por el gobierno local, regional o nacional en el último año. Los encuestados del nivel socioeconómico bajo tienen mayor participación (22 de cada 100) y aquellos de 18 a 25 años (26 de cada 100)”
Reiteramos que estos resultados son preocupantes y siguen demostrando la necesidad de apoyar planes y acciones que generen cambios en la ciudadanía, con el objetivo de ir mejorando nuestras acciones individuales frente a los demás. La armonía social que anhelamos, sobre todo en estos tiempos de reactivación de la vida social y económica, pasa también por la consideración de los más vulnerables y sobre todo por el respeto a las normas de convivencia.
Desde el sector público y privado, en asocio con entidades como las universidades e instituciones destacadas del tercer sector, se debe avanzar en un gran pacto por la cultura ciudadana. Esta iniciativa debe ser convergente y deberá nutrirse de los esfuerzos que se estén llevando a cabo por diferentes actores en la ciudad. Este tema no es menor, y bien trabajado rinde frutos. Mockus en Bogotá a través de su programa de cultura ciudadana logró cambiar parte de la cara de la capital.
Cali es un punto de convergencia en la región, aquí contamos con importantes grupos poblacionales de Nariño, Chocó, Cauca y actualmente de Venezuela. Esta pluralidad de habitantes y costumbres requiere de mínimos factores de convivencia comunes. Todos nos podemos reconocer como personas dentro de nuestras propias diversidades. Por ello, partiendo de nuestra multiculturalidad debemos alcanzar mayores grados de consciencia y empatía para seguir creciendo como sociedad, lo que traerá el mejoramiento en nuestra calidad de vida y redundará en beneficios comunitarios en temas como convivencia, seguridad y confianza.
Aquí recordamos al papa Francisco en su encíclica Fratelli Tutti, donde nos aconseja que, en la medida que interioricemos el llamado a amar al prójimo como a nosotros mismos y que al reconocer la dignidad y el valor de cada persona y pasar de la indiferencia a ver al otro como un hermano o hermana digno de nuestro tiempo, podremos reconstruir una sociedad global arraigada en la fraternidad universal y la amistad social.
Así pues, todos somos corresponsables de la transformación de Cali, apropiando el respeto y la solidaridad para con los demás. Hay mucho camino por recorrer.
*Rector Universidad Javeriana Cali.
Miembro Consejo Directivo de la UAV
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